Desde entonces reabrió ocasionalmente en marzo de 2015 en condiciones precarias que impedían la regularidad en las funciones, con notable incomodidad para su público, y vuelto a cerrar, al igual que todo el complejo, desde diciembre de 2015. Cabe destacar que todos estos inconvenientes atraviesan la misma gestión del ámbito porteño, sin interrupción.
En virtud de estas circunstancias, y frente a la total incertidumbre que existe en la actualidad, acerca de su reapertura en mayo próximo, anunciada en diversas oportunidades por los responsables del complejo, nuestra entidad se pone en alerta y reclama a las autoridades del área para una pronta comunicación que explique el verdadero estado de su puesta en valor.
Al mismo tiempo creemos conveniente que el reciclaje y actualización técnica contemple la conservación de la arquitectura original de la sala, así como de su mobiliario y la instalación del equipamiento con el que contaba en su última reapertura, en perfecto estado de funcionamiento, con final de obra tal como lo exige la actual legislación de la ciudad.
Es procedente exigir también al Ministro de Cultura del GCBA explicaciones acerca de las sucesivas inversiones efectuadas en la varias frustradas remodelaciones, así como la última anunciada, que todavía no se ha iniciado y pone en peligro el futuro de la sala emblemática de la cinefilia porteña, que en octubre de 2017 cumplirá medio siglo.
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