lunes, 23 de diciembre de 2019

"LA DOLCE VITA" LLEGA A LOS CINES DE MAR DEL PLATA Y LA PLATA



Luego de su exitoso reestreno en Buenos Aires y Rosario, el film
"La Dolce Vita" continuará recorriendo las principales ciudades de todo el país para que el público tenga la posibilidad de volver a verla en cines y en copia totalmente remasterizada en calidad 4K.
Para su segunda semana se suman las siguientes salas:


MAR DEL PLATA:
- CINES ALDREY
- CINES DEL PASEO

LA PLATA:
- CINEMA CITY

http://www.cinemalaplata.com

Además, el film se seguirá exhibiendo en tres funciones diarias en los cines Arte Multiplex (Cabildo), Atla Patio Bullrich
y Cines del Centro (Rosario).

 


"La Dolce Vita"

Un film de Federico Fellini


 


Calificación:
SAM 13

Duración:
178 min.



La dolce vita, un hito (y un mito) del arte del s. XX 

"La obra de Federico Fellini (Rímini, 20 de enero de 1920 - Roma, 31 de octubre de 1993) conforma uno de los fenómenos centrales del arte del siglo pasado, y no sólo en el marco del cine italiano, con una imaginería y un vuelo estético de absoluta singularidad. La dolce vita (1960), junto con 8 ½, (1963) son los puntos más altos de la filmografía de FF, si bien después continuó filmando a lo largo de treinta años. Nadie imaginó que el vuelo y los atrevimientos que proponían esos films pautarían el rumbo que iba a tomar la trayectoria de un realizador que se había formado al abrigo de Rossellini, Lattuada y Germi. Por lo demás, había evidenciado la influencia del neorrealismo en sus piezas tempranas, El Sheik (1951), Los inútiles (I vitelloni, 1953), Las noches de Cabiria (1957), hasta alcanzar, en 1954, una solidez y una fuerte proyección emocional con La strada.
Julieta de los espíritusSatyricónFellini-Roma y la imbatible Amarcord (acabadísimo modelo de evocación autobiográfica en clave onírica, Oscar 1974, uno de los cuatro que recibió, además de un quinto, a la trayectoria) y la polémica Il Casanova di Fellini (1976) revelaron otras caras del espíritu felliniano, versátil y delirante, para desembocar en 1983 en esa elegía fúnebre que fue E la nave va.
 Su despedida como realizador habría de concretarse con La voce della luna (1989), la poética “liberación” de locos, según el texto de Ermanno Cavazzoni, con la que completó una filmografía de 24 títulos.
Pero La dolce vita quedará como aquel ensayo fílmico (que esquiva pivotar sobre un núcleo argumental convencional), que llevó al espectador a recorrer durante tres horas los ángulos más insólitos de una Roma frívola, a veces cruel y decadente, llena de excesos y de falsas devociones, según el complejo guión que, junto a FF, firmaron Tullio Pinelli, Ennio Flaiano y Brunello Rondi. Lo cual dio por resultado una nueva concepción de la construcción narrativa, sólo esporádicamente sacudida por la intriga, entendida en términos clásicos. Sostenido por la inefable partitura musical de Nino Rota, el recorrido se cumple, en siete “estaciones”, a través del periodista Marcello Rubini (Mastroianni, en su rol consagratorio), quien observa y participa de fiestas y ceremonias de la noche romana.   
El film encendió las iras de los dos principales dominios de la cultura italiana de entonces, de un lado la Iglesia y la Democracia Cristiana y, del otro, la del entonces poderoso PCI y la izquierda. A pesar de haberse alzado con la Palma de Oro del Festival de Cannes de 1960, la película fue censurada no sólo en Italia sino en buena parte del mundo (en España la autorización para estrenarla llegó sólo en 1980).
Como una suerte de icono inconfundible, no obstante, la célebre secuencia de Mastroianni y Anita Ekberg en la Fontana di Trevi quedará, para siempre, como una de las marcas más paradigmáticas y más vivas que el cine italiano dejó en la memoria y el corazón de los espectadores."


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