Un film de
Sergio Costantino
SINOPSIS
Fluir y transformarse. Transformar todo lo que rodea, abrir un camino hacia algún lugar, hacerlo primero y todo lo que eso incluye: ruptura, riesgo, crítica, aceptación y de nuevo la crítica. Siempre la crítica. Porque lo nuevo nos incomoda, nos sacude y nos mueve de lugar.
Otra vida: alguna tomada de muchas, pero conectada a través de la música: Paloma. Paloma fluye. Federico fluye. Paloma y Federico se transforman para que nada sea nunca como fue.
Imágenes Paganas es una película sobre Federico Moura y también sobre todo lo que no puede seguir igual después de que algo sucede, porque sucede para siempre.
FICHA ARTÍSTICA
Paloma Kippes
Noelia Antunez
FICHA TÉCNICA
Dirección: Sergio Cucho Costantino
Dirección de Fotografía: Matias Calzolari
Producción Periodística: Alejandro Bordaisco
Productora Buen Día Films Magoya Film
Género: Documental Musical
Duración: 84 min
Formato: Video Digital HD Blue Ray
Distribuidora: Buen Día Films
NOTAS DEL DIRECTOR
La no casualidad
Puedo decir
y sostener que nada es casualidad. Supe desde un principio que no me
gustaba el grupo Virus, a mí me gustaba la música de Pappo, esa poesía directa
que se unía más a mis gustos en aquellos principios de los años ochenta.
Sin embargo, Fede siempre estuvo ahí, casi como una casualidad aparecía en radios y tv. Tal vez era su imagen inmaculada, cuidada y bella, la que me alejaba y me intrigaba la vez. En soledad comencé, de casualidad, a cantar esas canciones de Virus que todos conocemos.
Un día, de casualidad y queriendo ser seductor, le canté a una chica al oído una frase del tema “Tomo lo que encuentro”; ella era la chica más hermosa que había conocido y le susurré: “no me imaginaba que eras tan Lelouch”, sin saber qué quería decir Lelouch. Ella era actriz y me conto quién era Lelouch, luego la besé. Así conocí a Claude Lelouch, ese hombre que filma al amor, y creo que viéndolo supe que sería cineasta.
Seguía viendo a Federico, a Virus, en algunos festivales. Yo iba a ver a los Abuelos y, ¿de casualidad?, tocaba Virus. Yo empecé a bailar y no entendía por qué. Fede no hablaba, sólo cantaba y se iba. Su imagen fue siempre enigmática, jamás se expuso públicamente. Creo que todos los rockeros nos preguntábamos quién era Federico Moura.
Pasaron muchos años y Virus -de manera no casual- empezó a formar parte de mi discoteca.
Federico murió en 1988, un año trágico para el rock: el mismo año en que murió Miguel Abuelo y un año después de la Muerte de Luca Prodan, tampoco fue casualidad. Las palabras de Lalo Mir en aquel recital de la Casona en Lanús me hicieron llorar: “Los ídolos nunca mueren”, gritaba. Sonaba Wadu Wadu con la nueva formación de Virus, con Marcelo Moura como nuevo cantante y frontman de la banda. Esa noche, como todos los fines de año, tocaron junto a Soda Stereo a sólo una semana de la muerte de Fede, ¡impresionante!
Mis ganas de filmar el rock se hicieron realidad: comencé a hacer video clips y filmé mucho la escena del rock local, pero me faltaban películas, esas pelis que reflejaran fielmente a esos héroes.
Luego vino “Buen Día, Día”, la película que hice sobre Miguel Abuelo. A esta altura, y ya no por casualidad, Federico estaba ahí y sus canciones aparecían todo el tiempo. Una noche de verano en la playa tocaba Virus y yo estaba ahí, ¿casualidad? Me crucé cinco minutos con Marcelo Moura y le dije de mis ganas de hacer la peli. Me dijo que había llorado con “Buen Día, Día”, me miró a los ojos y me dijo: “Contás con todo el apoyo de la familia Moura”.
Yo debía hacer esta película sobre Federico, era mi deber, lo sentí así. Fue homenajear, descubrir a esa persona que nos hizo cantar y bailar hasta el día de hoy, a la persona que dejó su vida en la vorágine de aquellos años ochenta regalándonos su música. No por casualidad los héroes entregan su vida a los demás sin pedir nada a cambio; Federico Moura es un héroe del rock argentino. Por todo eso, y por aquel beso, hice esta película.
Sin embargo, Fede siempre estuvo ahí, casi como una casualidad aparecía en radios y tv. Tal vez era su imagen inmaculada, cuidada y bella, la que me alejaba y me intrigaba la vez. En soledad comencé, de casualidad, a cantar esas canciones de Virus que todos conocemos.
Un día, de casualidad y queriendo ser seductor, le canté a una chica al oído una frase del tema “Tomo lo que encuentro”; ella era la chica más hermosa que había conocido y le susurré: “no me imaginaba que eras tan Lelouch”, sin saber qué quería decir Lelouch. Ella era actriz y me conto quién era Lelouch, luego la besé. Así conocí a Claude Lelouch, ese hombre que filma al amor, y creo que viéndolo supe que sería cineasta.
Seguía viendo a Federico, a Virus, en algunos festivales. Yo iba a ver a los Abuelos y, ¿de casualidad?, tocaba Virus. Yo empecé a bailar y no entendía por qué. Fede no hablaba, sólo cantaba y se iba. Su imagen fue siempre enigmática, jamás se expuso públicamente. Creo que todos los rockeros nos preguntábamos quién era Federico Moura.
Pasaron muchos años y Virus -de manera no casual- empezó a formar parte de mi discoteca.
Federico murió en 1988, un año trágico para el rock: el mismo año en que murió Miguel Abuelo y un año después de la Muerte de Luca Prodan, tampoco fue casualidad. Las palabras de Lalo Mir en aquel recital de la Casona en Lanús me hicieron llorar: “Los ídolos nunca mueren”, gritaba. Sonaba Wadu Wadu con la nueva formación de Virus, con Marcelo Moura como nuevo cantante y frontman de la banda. Esa noche, como todos los fines de año, tocaron junto a Soda Stereo a sólo una semana de la muerte de Fede, ¡impresionante!
Mis ganas de filmar el rock se hicieron realidad: comencé a hacer video clips y filmé mucho la escena del rock local, pero me faltaban películas, esas pelis que reflejaran fielmente a esos héroes.
Luego vino “Buen Día, Día”, la película que hice sobre Miguel Abuelo. A esta altura, y ya no por casualidad, Federico estaba ahí y sus canciones aparecían todo el tiempo. Una noche de verano en la playa tocaba Virus y yo estaba ahí, ¿casualidad? Me crucé cinco minutos con Marcelo Moura y le dije de mis ganas de hacer la peli. Me dijo que había llorado con “Buen Día, Día”, me miró a los ojos y me dijo: “Contás con todo el apoyo de la familia Moura”.
Yo debía hacer esta película sobre Federico, era mi deber, lo sentí así. Fue homenajear, descubrir a esa persona que nos hizo cantar y bailar hasta el día de hoy, a la persona que dejó su vida en la vorágine de aquellos años ochenta regalándonos su música. No por casualidad los héroes entregan su vida a los demás sin pedir nada a cambio; Federico Moura es un héroe del rock argentino. Por todo eso, y por aquel beso, hice esta película.
Sergio
Costantino
SOBRE EL DIRECTOR Y PRODUCTOR
Nació en 1965 en Mendoza, Argentina. Comenzó a trabajar en cine en 1986 en el área de producción. Ha trabajado en varios largometrajes ocupando diferentes áreas hasta llegar a producir ejecutivamente y comenzar a dirigir documentales.
Trabajó en varios programas de televisión en la Argentina y en otros países y a lo largo de su carrera produjo y dirigió más de 50 videos clips musicales de artistas reconocidos.
Fundó la productora Buen Día Films y desde hace diez años combina la dirección de documentales con la producción de cine y televisión. Ha producido y realizado numerosos programas de TV como productor ejecutivo, como las series documentales de 26 capítulos para televisión “Historias de sobrevivientes”, para la cadena Claxson, y “Chicas Grandes” para TDA.
Luego de filmar el corto “El amor de Suzanne” (2001), produjo y dirigió su primer largometraje documental sobre Miguel Abuelo, “Buen Día, Día”, que fue estrenado en 2010 y participó en una docena de festivales. Actualmente se encuentra dirigiendo “Proyecto Mariposa”, una historia de amor entre rejas.
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