Una película de
Oscar Mazú
Festival Internacional de Cine de Mar del Plata
FestiFreak Festival Internacional de Cine Independiente de La Plata,
SINOPSIS
“Luego de haber perdido la inmortalidad a
los 46 años, sentí la necesidad de averiguar detalles sobre algunos asuntos que
no importan mientras se es inmortal. ¿Qué hacer con mis restos? ¿Quemarlos?
¿Archivarme en un nicho? Velorio sí, velorio no... ¿Sería necesario anotarme en
alguna religión? ¿Deberían comenzar a agradarme las flores? ¿Hacer una película
con el asunto? El hecho de haber tenido un infarto -que pudo haber sido mortal,
según dijeron- y no haberme dado cuenta, me condujo a semejantes curiosidades”.
con la PARTICIPACIÓN ESPECIAL de
Ricardo Péculo
FICHA TÉCNICA
Dirección: Oscar Mazú
Guión: Oscar Mazú
Fotografía/Imagen: Libio Pensavalle
Edición: Hernán Buffa
Sonido: Hernán Higa
Música: Julián Galay
Producción: Nadia Jacky
Compañía Productora: Tostaki – Oscar Mazú
País: Argentina
Duración: 76min
Año: 2012
SOBRE LA PELÍCULA
Este film propone una reflexión sobre los
deseos y temores que todos, futuros muertos, establecemos con la muerte. En
clave de humor negro, se desarrolla una búsqueda en torno a los ritos
funerarios y sus derivados. Para ello, el director-narrador, sobreviviente de
un infarto casi mortal que le pasó inadvertido y que luego aceptó operarse a
pesar del riesgo de muerte en quirófano, se vale del relato en off de sus
experiencias y las enlaza con las del tanatólogo más importante del país:
Ricardo Péculo, quien sostiene que “la vanidad supera a la muerte”. El
realizador retoma la idea de Hans Gadamer de que la suntuosidad del arte
funerario, como todo arte, busca detener lo efímero y fugitivo y, en un doble
juego y sin tomárselo muy en serio, intenta alcanzar su propia inmortalidad a
través de este film.
NOTA DEL DIRECTOR
Cuando apareció la posibilidad de que
debería operarme del corazón, con el riesgo que eso implica, estaba trabajando
en el proyecto de un largo de ficción con guión mío.
Las noches previas a la operación escribí una interminable carta a mis hijas, por si moría en el trance. La idea era que mi mujer se las entregara en caso de que así fuera. Finalmente llegó el día. Esa mañana, antes de salir para la clínica, rompí la carta en mil pedazos mientras me decía “yo no me voy a morir ahora”.
Luego, a un mes y medio de operado, comencé con el desarrollo de esta idea. Me comuniqué con Ricardo Péculo y, al cabo de algunas entrevistas en la que nos entusiasmamos mutuamente, encontré el material y el punto de vista para este film. Incluso la frase “el problema con los muertos es que son impuntuales” surgió de su boca sin darse cuenta de que me estaba dando el título, que, de movida, propone el tono humorístico y a la vez negro que tiene la película.
Durante el rodaje percibí imágenes y olores que no recomiendo a nadie y que, para mi mal, nunca olvidaré. En una ocasión, filmamos un día entero alrededor de un cadáver en lo que quería que fuera una escena con mucho humor. Era en una funeraria con varias plantas. Mi hija Tatiana, asistente de dirección, me ayudaba en un piso con la escena y, en la planta baja, mi hija Sofía colaboraba en la animación de las flores de una corona. A pesar de que resultaba impresionante y difícil, todos los del equipo sentíamos que el material resultante… ¡iba a ser muy bueno! Comenzábamos a perderle el miedo a la temática que estábamos abordando y eso ayudó mucho en el rodaje.
Vimos velorios, entierros, cremaciones, ataúdes temáticos, asistimos a clases de maquillaje funerario, visitamos cementerios y tumbas diversas, nos paseamos con un ataúd por el centro de Buenos Aires provocando a la gente... todo eso y sigo sin resolver qué quiero para mí cuando me muera. Solo sé qué no quiero: no quiero morirme.
Las noches previas a la operación escribí una interminable carta a mis hijas, por si moría en el trance. La idea era que mi mujer se las entregara en caso de que así fuera. Finalmente llegó el día. Esa mañana, antes de salir para la clínica, rompí la carta en mil pedazos mientras me decía “yo no me voy a morir ahora”.
Luego, a un mes y medio de operado, comencé con el desarrollo de esta idea. Me comuniqué con Ricardo Péculo y, al cabo de algunas entrevistas en la que nos entusiasmamos mutuamente, encontré el material y el punto de vista para este film. Incluso la frase “el problema con los muertos es que son impuntuales” surgió de su boca sin darse cuenta de que me estaba dando el título, que, de movida, propone el tono humorístico y a la vez negro que tiene la película.
Durante el rodaje percibí imágenes y olores que no recomiendo a nadie y que, para mi mal, nunca olvidaré. En una ocasión, filmamos un día entero alrededor de un cadáver en lo que quería que fuera una escena con mucho humor. Era en una funeraria con varias plantas. Mi hija Tatiana, asistente de dirección, me ayudaba en un piso con la escena y, en la planta baja, mi hija Sofía colaboraba en la animación de las flores de una corona. A pesar de que resultaba impresionante y difícil, todos los del equipo sentíamos que el material resultante… ¡iba a ser muy bueno! Comenzábamos a perderle el miedo a la temática que estábamos abordando y eso ayudó mucho en el rodaje.
Vimos velorios, entierros, cremaciones, ataúdes temáticos, asistimos a clases de maquillaje funerario, visitamos cementerios y tumbas diversas, nos paseamos con un ataúd por el centro de Buenos Aires provocando a la gente... todo eso y sigo sin resolver qué quiero para mí cuando me muera. Solo sé qué no quiero: no quiero morirme.
Oscar
Mazú
SOBRE EL DIRECTOR
Oscar Mazú, argentino, de Río Turbio, Santa
Cruz, desarrolló la mayor parte de su carrera en Buenos Aires como productor de
filmes documentales, de ficción y publicitarios, y produjo también
realizaciones para TV como “NIC vs. Santa Brava”, sobre los mineros de Río
Turbio. Es autor de varios cortos y “El problema con los muertos es que son
impuntuales” es, luego de haber realizado “La Sombra de Segundo”, su segundo
largometraje como director.
SOBRE LA MÚSICA
Julián Galay participa como compositor,
arreglador intérprete y productor del conjunto de música popular contemporánea
Ensamble Chancho a Cuerda, con quienes grabó los discos “Contrastes” (2010) y
“Subversiones” (2012), éste último ganador del Premio Gardel 2013 a Mejor Álbum de Música
Instrumental. Además, participó en los proyectos Orquesta de Cámara La Tribu,
Orquesta Música Nueva, Ensamble Música Nueva y cuenta con siete discos en su
haber. Lo acompañan como intérpretes de la banda de sonido de “El problema
con los muertos es que son impuntuales” varios de sus compañeros de Ensamble
Chancho a Cuerda, así como Eliana Liuni en silbidos y armónica, miembro de
Marcelo Katz & Mudos por el Celuloide, responsables de la musicalización en
vivo de la versión extendida de Metrópolis y muchos otros clásicos del cine
mudo.
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