lunes, 14 de octubre de 2013

DIXIT


 

Un film de
Alcides Chiesa  y Carlos Eduardo Martínez


 
ESTRENO COMERCIAL: 31 de octubre 
 
Mención Especial del Jurado -   Festival Internacional de Cine Político 2012
 
SINOPSIS
El film es la confrontación de material de archivos rescatados de los informativos televisivos de la última dictadura militar en la Argentina entre los años que van desde 1976 a 1983 y el recorrido documental a distintos lugares de la Ciudad de Buenos Aires y las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Tucumán y Neuquén, en los llamados Centros Clandestinos de Detención (CCD).

Este recorrido configura un tejido de palabras que se enhebran como una almazuela que no abriga, que nos obliga a la sensación de desnudez. Porque en definitiva lo que se expone es el ser humano a través del pasado.

En cada uno de esos CCD (algunos de entre más de 500 reconocidos hasta ahora) uno o más guías nos llevan, como expedicionarios de las ruinas, a la reconstrucción de una historia negada. Puede ser un sobreviviente, un vecino, un ex cabo de marina o un familiar. Son testigos de un tiempo de zozobra y de impiedad. Algunos eran militantes políticos, otros solo por estar ahí, en el lugar menos indicado y en el momento más inoportuno. Otros, sufrieron simplemente por el delito de vivir enfrente.

También están los que dieron la anuencia, los ideólogos de los criminales. Los que encontraron a través del discurso rimbombante la razón del exterminio. Se vuelve a las imágenes y las palabras de uniformados que, manchados de sangre, hablan de democracia y libertad. Están los empresarios que se favorecieron de la masacre exigiendo la eliminación de los perturbadores dirigentes sindicales, dejando así a los trabajadores de sus empresas inermes y sin defensa.

Están las mujeres con sus pequeñas vidas dentro de sí, luchando por sobrevivir porque eso representaba la supervivencia de su vástago; doble secuestro, doble tortura, doble muerte. Está el periodismo fatuo, cómplice, propagandístico, perturbadoramente amigo de la muerte. Están los dueños de la palabra divina dando su bendición a la masacre sin pliegues. Y, por último, está el sobreviviente que desaparece por testimoniar, por tener el coraje de no callar.

Es un film duro, sin concesiones, sin más palabras que la de los testigos y los hechos. Eso alcanza y sobra. Es inapelable y luego de verlo solo queda el silencio y la reflexión.  También es un relato sobre el esfuerzo de mucha gente por luchar a contracorriente y rescatar la memoria de lo sucedido. Muchos de esos ex Centros Clandestinos han sido convertidos en Museos gracias al esfuerzo denodado de los vecinos y militantes que entienden que la única forma de que no se repita la historia es recordándola.


FICHA TÉCNICA
Dirección: Alcides Chiesa y Carlos Eduardo Martínez
Guionistas: Alcides Chiesa y  Carlos Eduardo Martínez
Dirección de Fotografía y Cámara: Julio Santamaría
Música y Sonido: Sergio Iglesias
Imágenes de archivo: María Flores
Gaffer: José Luís Colosimo
Asistente de Producción: Silvia G. Palacios
Edición: Luciano Chiesa
Productora: Agorafilms
Año: 2012
Género: Documental
Duración: 134 minutos


PALABRAS DE LOS DIRECTORES
En medio de la gran crisis que sufrió nuestro país al comienzo de este siglo XXI, pudimos tener acceso a un material de los informativos de los canales de televisión durante la dictadura militar última. Allí nació la idea de ver qué se podía hacer con esa montaña de latas que, en principio, sonaba interesante.
Se hizo el esfuerzo de limpiar el material, pasarlo a VHS y planillar su contenido. Una vez hecho esto, que llevó dos años, el sentimiento fue decepcionante. Toda esa montaña de películas mostraba un país ideal, sin conflictos, sin protestas, y militares con discursos repetitivos sobre la existencia de una guerra en la que no aparecía una sola imagen y la existencia de un enemigo oprobioso, oculto y misterioso: la subversión internacional. Tampoco se corporizaba a ese enemigo tan terrible; era de sospechar su figura, aún sin saber si era humana o extraterrestre.

El proyecto quedó a la espera de alguna idea salvadora.

Así se llegó al año 2003, cuando se anularon las leyes de impunidad que impedían los juicios a los militares de aquella dictadura y que abrió la ventana a la información inimaginable de más de 500 centros clandestinos de secuestro y tortura. Cientos de personas fueron tomando confianza para hablar de sus padecimientos y de cómo sobrevivieron. Esta información, al compararse con aquel material de archivos televisivos, daba la versión histórica que faltaba: el lado oscuro de la luna.

Comenzamos así a recorrer provincias, ciudades y pueblos, y a charlar con infinidad de personas que ahora estaban dispuestas a contar, aunque también hubo muchos que se negaron a hacerlo.

La definitiva selección de filmaciones y archivo que componen “Dixit” es apenas menos de la mitad de lo que filmamos y seleccionamos en un primer corte. Decidimos que las entrevistas de personas que testimoniaron sobre los hechos que presenciaron y sufrieron fueran directamente hablando a cámara y que el público pudiera verles el rostro; sus ojos; sus gestos, como una forma de sellar la tremenda veracidad de su historia, su personal “dixit”, irrefutable y veraz. Sin artilugios narrativos ni juegos visuales. También los archivos están expuestos y desnudos como los encontramos.

Paralelamente, quisimos homenajear a la enorme y prolongada lucha de los organismos de Derechos Humanos que, sin descanso, lucharon durante tantos años hasta quebrar los lazos de poder e impunidad y llevar al banquillo de la justicia a los genocidas; y lo hicimos exponiendo sus consignas y canciones, como un recorrido histórico musical.
 


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